A fuerza de repetirlas
ya no me duelen tus palabras.
Tus palabras que son bromas
que me llaman inútil
a mí y a mi tiempo
Las he escuchado tanto
que ahora comprendo que la moral
nunca puede ser universal.
La persona que no siente dolor
no encuentra moral en el mundo.
A fuerza de ser víctima
Ya no soy víctima.
Lo indoloro es amoral,
eso es universal.
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