lunes, 29 de enero de 2018

Cuando me enfoco en el leteo de tus besos

Seco sonido nace de sus ojos.
El arco destensándose feroz,
la flecha cortando el viento.
Górgona, no debía mirarte
y ahora no puedo dejar de hacerlo.
La sangre a borbotones
brota de mi cuerpo,
como si fuera un vino que el dardo
exigiese para su dueña.
Cómo negarse. ¡Bebe! 
y que bebas será mi gozo
siendo la flecha, tu sonrisa,
la que me tensa y me vacía.
Muerto aquel que vivía en mí,
se llevó el leteo carmín que encaudan tus comisuras
mis gustos y mis ocupaciones.
Así, basta con que tus aguas cubran mis ojos
para solo gustar de bañarme en él
y de él ocuparme.

Elipso Facto
13-12-2017

nota: Aún, como cuando escribí estos versos, pero a escondidas, le doy a cupido mis copas de vino, mas las rechaza y me obliga a beber. Qué amargo beberse a sí mismo, pues la ternura que para ti introduje, en mi boca se vuelve agria.

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